El mundo ciber tiene sus ángeles y demonios
En esa batalla continua se tienen aprendizajes… y dentro de ellos, este recorrido de tres meses. Han sido semanas intensas de observación, práctica, errores, aciertos y sobre todo, muchas lecciones que no siempre vienen en un manual.
Lo que comenzó como un reto técnico, terminó por convertirse en una experiencia humana. Aquí algunas cosas que valen la pena compartir:
1. La teoría es importante, pero no lo es todo
Puedes estudiar día y noche, devorar libros, hacer cursos… pero nada se compara con enfrentarte a un incidente real, a tomar decisiones bajo presión, o a darte cuenta de que lo que parecía claro en clase, cambia cuando se vuelve cotidiano. Aprendí más en estos tres meses enfrentando la incertidumbre que en muchas horas frente a la pantalla.
2. Las relaciones lo son todo
En ciberseguridad no puedes trabajar solo. La confianza, el trabajo en equipo, la comunicación clara y el respeto entre colegas hacen la diferencia. Crear relaciones con personas que comparten este camino te permite crecer más rápido, encontrar otras perspectivas y sentirte acompañado en los momentos en los que todo parece un caos.
3. No todos los “demonios” vienen de afuera
Muchas veces, los errores internos, la falta de capacitación, la resistencia al cambio o la mala comunicación dentro de una organización pueden ser más peligrosos que un malware. En este tiempo entendí que parte del trabajo es educar, concientizar y aprender a ser paciente.
4. Los pequeños logros también cuentan
A veces no se trata de detectar un gran ataque o implementar una mega solución. Se trata de identificar una falla a tiempo, hacer un respaldo antes de un desastre, o enseñar a alguien cómo crear una contraseña segura. Cada paso cuenta.
5. La ciberseguridad es también una actitud
No basta con tener conocimientos técnicos. Hay que tener criterio, ética, curiosidad, y un sentido de responsabilidad real. Porque lo que hacemos en este mundo tiene impacto en personas, en vidas reales. Y eso no se debe olvidar.
Un acercamiento real al ecosistema de ciberseguridad: Conociendo a Fortinet México
Uno de los momentos más significativos en este recorrido fue tener la oportunidad de conocer al equipo de Fortinet México, una empresa que no solo lidera en soluciones de ciberseguridad a nivel global, sino que también está profundamente comprometida con el desarrollo del talento local y el fortalecimiento del ecosistema en nuestro país.
En especial, quiero compartir lo que significó para mí conocer a Sebastián Russo, Sr. Systems Engineering / Director de Fortinet en México. No todos los días uno tiene la oportunidad de sentarse a platicar con una figura de este nivel, y mucho menos encontrarse con alguien que, además del conocimiento técnico impresionante, demuestra una apertura, calidez y cercanía poco común.
Pero más allá de lo técnico, me dejó algo aún más valioso: la motivación de seguir adelante en este camino, sabiendo que hay líderes que están dispuestos a apoyar, guiar y abrir puertas a las nuevas generaciones. Sebastián se mostró no solo como un profesional brillante, sino como un aliado, mentor y amigo. Ese tipo de encuentros no se olvidan.
Me quedo con la certeza de que el ecosistema de ciberseguridad en México tiene muchísimo potencial, y también con el compromiso de ser parte activa de esa evolución. Gracias a Fortinet, y en especial a Sebastián, por mostrarme que este mundo ciber, aunque complejo, también está lleno de oportunidades y de personas que creen en compartir el conocimiento.
Encuentro con Huawei México
Otro gran momento clave en este recorrido fue conocer a Brenda Cuéllar, una profesional brillante dentro del equipo de Huawei México.
Lo que más me impactó fue cómo relató la trascendencia que esta etapa profesional ha tenido en su vida. Su historia refleja lo que muchos buscamos: encontrar un lugar donde podamos crecer, aportar, y sentir que lo que hacemos vale la pena. Más allá de lo técnico, fue muy grato escuchar cómo su rol en Huawei ha moldeado su visión del mundo, impulsándola a seguir aprendiendo y liderando con propósito.
Este encuentro me recordó que la ciberseguridad, la tecnología y el desarrollo profesional no son caminos separados, sino que pueden fusionarse en trayectorias humanas extraordinarias, como la de Brenda. Salir de esa conversación me dejó con un pensamiento claro: necesitamos más voces como la suya en el ecosistema tecnológico. Voces que inspiran, que guían con el ejemplo, abriendo la puerta a nuevas generaciones con humildad y pasión.
Felices vacaciones cybers!